El telescopio espacial ultravioleta Galex detectó, inesperadamente, una larga estela de gas que, parecida a un cometa, acompaña a la estrella Mira en su travesía por la galaxia.
El Explorador de Evolución de Galaxias (Galaxy Evolution Explorer o GALEX, en idioma inglés) realizó un barrido de la imagen de la popular estrella durante el censo del cielo, en luz ultravioleta, que está llevando a cabo actualmente. Entonces los astrónomos notaron lo que parecía un cometa con una cola gigantesca. De hecho, la materia que sale de Mira está formando una estela de 13 años luz de largo, o cerca de 20.000 veces la distancia promedio entre Plutón y el Sol. Nada parecido a esto se había observado antes alrededor de una estrella.
Arriba: La cola de la estrella Mira, parecida a la de un cometa, se extiende por más de 13 años luz. [Más información]
"Me sorprendí cuando vi por primera vez esta completamente inesperada y descomunal cola extendiéndose por detrás de una estrella muy conocida", dice Christopher Martin, del Instituto Tecnológico de California. "Era sorprendente cómo la cola de Mira repetía, a enormes escalas interestelares, los familiares fenómenos que produce la estela de una turbina de reacción o la estela turbulenta de una lancha rápida en un lago". Martin es el investigador que lidera el proyecto del Explorador de Evolución de Galaxias y además es el autor principal del artículo que se publicó hoy en la revista "Nature" con el propósito de anunciar el descubrimiento.
Los astrónomos dicen que la cola de Mira ofrece una oportunidad única para estudiar cómo estrellas similares a nuestro Sol mueren y en última instancia siembran nuevos sistemas solares. Mira es una estrella vieja, llamada gigante roja, que está perdiendo cantidades masivas de materia de su superficie. Mientras Mira viaja por el espacio, su cola arroja carbón, oxígeno y otros elementos importantes y necesarios para la formación de nuevas estrellas y planetas e incluso para la aparición de vida. Esta cola compuesta por materia, que ahora se puede observar por primera vez, ha sido liberada durante los últimos 30.000 años.
"Este es un fenómeno completamente nuevo para nosotros y aún estamos en el proceso de entender la física involucrada en él", dice el co-autor del artículo Mark Seibert, del Observatorio del Instituto Carnegie de Washington, en Pasadena. "Esperamos poder leer la cola de Mira como si fuese un teletipo, para aprender acerca de la vida de la estrella".
Hace miles de millones de años, Mira era similar a nuestro Sol. Con el tiempo, comenzó a hincharse hasta convertirse en una gigante roja variable —una estrella pulsante, inflada, que periódicamente se torna lo suficientemente brillante como para poder verla a simple vista. Finalmente Mira expulsará todo el gas que le queda hacia el espacio, formando una cáscara colorida llamada nebulosa planetaria. Con el paso del tiempo, la nebulosa perderá intensidad y dejará sólo el núcleo consumido de la estrella original, al que entonces se llamará enana blanca.
Comparada con otras estrellas de su clase (gigante roja), Mira viaja excepcionalmente rápido. Es posible que esto suceda debido a impulsos gravitacionales de otras estrellas que pasan cerca suyo con el tiempo. Ahora viaja a 130 kilómetros por segundo, o 468.000 kilómetros por hora. Corriendo junto a Mira va una pequeña y distante compañera que, se piensa, es una enana blanca. La dupla, también conocida como Mira A (la gigante roja) y Mira B (la enana blanca), orbita lentamente, una alrededor de la otra, mientras viajan juntas a través de la constelación de Cetus, a una distancia de 350 años luz de la Tierra.
Además de la cola de Mira, GALEX también descubrió un arco de choque, un tipo de acumulación de gas caliente, delante de la estrella, y dos corrientes sinuosas de materia que salían por delante y por detrás de la estrella. Los astrónomos piensan que el arco de choque está calentando el gas que expulsa la estrella, provocando de esta manera su flourescencia en luz ultravioleta. Esta materia brillante se arremolina detrás de la estrella, creando una turbulenta estela que es parecida a una cola. El proceso es similar a una lancha rápida que deja una estela despareja o a un tren de vapor que produce una estela de humo.
El hecho de que la cola de Mira sólo brille en luz ultravioleta puede explicar por qué otros telescopios no habían podido detectarla. GALEX es muy sensible a la luz ultravioleta y también tiene un campo de visión extremadamente amplio, lo cual le permite hacer barridos de una imagen del cielo para detectar actividad ultravioleta extraña.
"Es sorprendente descubrir un rasgo tan impresionante e importante de un objeto que ha sido conocido y estudiado por más de 400 años", dice James D. Neill, del Caltech. "Este es exactamente el tipo de sorpresas que surgen de una misión de censo como la del Explorador de Evolución de Galaxias".
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