La firma química del agua del cometa Hatley 2 es muy similar a la del agua terrestre, lo que indica que esos cuerpos pudieron hacer una notable aportación a los océanos.- NASA/JPL-CALTECH/R.HURT
El agua de los océanos debió de llegar a la Tierra, procedente del espacio, varios millones de años después de la formación del propio planeta, porque al principio sería un mundo tan abrasador que se evaporaría el agua que pudiera haber. Hasta ahora se pensaba que habrían sido fundamentalmente los asteroides que impactaran aquí los que habrían traído el agua. Pero unos científicos afirman que también los cometas pudieron hacer su aportación. Al menos en uno, el Hartley 2, han encontrado agua con una firma química (proporción de hidrógeno y deuterio) muy similar a la terrestre.
El cometa Hartley 2 pasó hace casi un año relativamente cerca de la Tierra (a unos 18 millones de kilómetros), y un equipo de investigadores aprovechó para enfocar hacia él el telescopio espacial Herschel, de la Agencia Europea del Espacio (ESA) y hacer análisis de su luz, pudiendo así determinar las características del agua en su coma (la envoltura gaseosa del cometa que se forma al aproximarse al Sol).
"Las teorías actuales sostienen que menos del 10% del agua terrestre se originó en cometas, pero nuestro resultado, por primera vez, implica que esos cuerpos pudieron desempeñar un papel más importante", afirma Miriam Rengel, investigadora del Instituto Max Planck (MPI, Alemania), en un comunicado de dicha institución.
El deuterio es un isótopo pesado de hidrógeno, con un neutrón en su núcleo atómico además del protón. En el agua terrestre la proporción de deuterio e hidrógeno es uno a 6.400 aproximadamente, y debería ser igual en los cuerpos del Sistema Solar que la trajeron. En los análisis de Hatley 2, Paul Hartogh y sus colegas han descubierto que esta proporción de deuterio e hidrógeno es de uno en 6.200, "lo que significa un valor muy próximo al terrestre", señala este investigador del MPI. El equipo presenta el hallazgo en la revista Nature.
Ninguno de los cometas estudiados hasta ahora mostraban una firma química del agua parecida a la terrestre.
La cantidad de agua pesada (en la que uno de los dos átomos de hidrógeno es deuterio) da pistas sobre el entorno en el que se formó el cometa. El Hartley 2 procede del Cinturón de Kuiper (más allá de Neptuno), mientras que otros cometas analizados son de la mucho más lejana Nube de Oort. "Nuestro estudio indica que es incompleto el conocimiento que tenemos de la distribución de los elementos ligeros y sus isótopos, así como la dinámica del Sistema Solar primitivo", señala otro investigador del equipo, Geoffrey Blake, científico de Caltech (California).
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